Artículo de Portada- Alfeñiques endulzan a la muerte Revista Matices

Ataúdes, cráneos, cruces, tzompantlis, huesos, procesiones y figuras esqueléticas

En la Feria del Alfeñique los artesanos dulceros exponen su arte para la fiesta del Día de Muertos

El Estado de México se convirtió en uno de los principales productores de dulces de alfeñique

Por Ricardo FLORESMIRANDA

Cada año desde 1932, los vetustos portales del centro histórico de la ciudad capital del Estado de México, Toluca, se atesta de colorido, olor y sabor con la variedad de figuras del dulce de alfeñique en forma de ataúdes, cráneos, cruces, tzompantlis, huesos, procesiones y figuras esqueléticas, que son expuestas al deleite de visitantes y lugareños para recordar a nuestros muertos.

Los alfeñiques son dulces elaborados a base de azúcar pura de caña que se elabora en México desde la época de la colonia. El Estado de México se convirtió en uno de los principales productores de dulces de alfeñique. Esta técnica de dulce es una herencia árabe traída por los españoles la cual se fusionó con las creencias prehispánicas.

Desde hace 92 años, la singular Feria del Alfeñique da comienzo en la primera semana de octubre y concluye hasta el 3 de noviembre. Un mes donde los artesanos dulceros de la entidad mexiquense promueven el consumo de los dulces de azúcar caramelizada que en forma de caprichosas figuras se elaboran para la fiesta del Día de Muertos.

Por el extenso pasillo de los atractivos portales donde se asienta la Feria del Alfeñique, enmarcado por 120 arcos distribuidos a lo largo de las calles 20 de Noviembre, Madero y Reforma en el centro de la ciudad capital mexiquense, construidos en 1832 y considerados los más largos de la República Mexicana, deambulan cientos de miles de personas admirando las maravillas dulceras que exponen los artesanos.

Es sorprendente observar que tanto los niños, jóvenes, adultos y personas mayores se ven atraídos por los esqueletos y calaveras de dulce, en miniatura, que representan los más peculiares oficios y profesiones, como son el afilador, la vendedora de frutas, el barrendero, el chofer, el monaguillo; asimismo, tenemos al médico, la enfermera, bailarines de ballet y el profesor con sus herramientas de trabajo; también, los artesanos dulceros, elaboran panteones, sarcófagos y hasta figuras esqueléticas de animales y monstros.

La Feria del Alfeñique, además de ser un atractivo visual por los trabajos artísticos que se presentan, es un goce consumir las delicias artesanales de azúcar y chocolate, así como la variedad de dulces y postres de la región, como el camote y calabaza en dulce, acitrón, frutas cristalizadas, turrón, charamusca, figuras de gomitas en forma de frutas y cráneos, dulce de leche y jamoncillo, dulce de amaranto, coco, tamarindo, cubiertos y enmielados, galletas de piloncillo, como puchas y puerquitos, muy tradicionales de la fiesta del Día de Muertos.

También, los comerciantes y artesanos ofrecen toda clase de adornos de la temporada, como manteles, velas, guías y banderillas de papel picado (estarcido) de diferentes tamaños, diseños y colores, figuras de cartón alusivas a la tradición, y lo necesario para constituir una ofrenda digna de nuestros difuntos.

En sus 92 años, la Feria del Alfeñique se ha ido enriqueciendo, tanto que no sólo es la exposición y venta de los dulces de la festividad de muertos, sino que gracias al Instituto Mexiquense de Cultura, el Patronato Procentro Histórico de la ciudad de Toluca, el Ayuntamiento de la capital mexiquense y la Universidad Autónoma del Estado de México de manera coordinadas enaltecen este gran festejo, con actividades culturales, conferencias, danza, música, teatro, muestras gastronómicas, certámenes, conciertos, presentaciones de libros, talleres, proyecciones de video, concursos, y montajes de ofrendas tradicionales de la región del valle de Toluca y del estado de México, algunas en formato monumental, lo que convierte esta Feria en un evento singular.

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